La Threat Hunting, o “caza de amenazas”, es uno de los enfoques más actuales y demandados en el campo de la ciberseguridad, dirigido a la identificación proactiva de amenazas que pueden pasar desapercibidas para los métodos de protección tradicionales. Este método se ha convertido en una herramienta clave en la lucha contra las ciberamenazas, especialmente en el contexto del aumento del número de ataques complejos y dirigidos, donde los sistemas de protección automatizados no siempre son suficientes.
¿Qué es la Threat Hunting?
La Threat Hunting es un proceso sistemático de búsqueda de amenazas en la infraestructura de TI, que se basa en el análisis del comportamiento de los usuarios, los sistemas y el tráfico de red. A diferencia de los métodos reactivos, como los antivirus o los sistemas de detección de intrusiones (IDS), que funcionan con base en las firmas de amenazas conocidas, la Threat Hunting implica el estudio activo de los datos para buscar anomalías y signos de actividad de los atacantes, incluso si aún no se conoce ninguna amenaza específica.
El objetivo principal de la Threat Hunting no es simplemente detectar una amenaza ya conocida, sino prevenir las acciones de ataques nuevos o ocultos.

Supongamos que un atacante ha enmascarado su actividad como el funcionamiento normal de un programa o software. La tarea de la Threat Hunting es revelar este camuflaje y calcular un modelo de comportamiento fuera de los límites de la norma.
¿Por qué la Threat Hunting se ha vuelto necesaria?
Las ciberamenazas son cada vez más complejas, y los atacantes utilizan técnicas avanzadas para eludir los sistemas de protección. En el marco de ataques complejos (por ejemplo, APT – Advanced Persistent Threats), la actividad maliciosa puede durar semanas o meses hasta su detección. Sin una búsqueda proactiva, estas amenazas pueden pasar desapercibidas, lo que lleva a fugas de datos, pérdidas financieras y daños a la reputación.
Los estudios muestran que el tiempo medio de detección de un incidente en algunos casos supera los 200 días. Este es el tiempo durante el cual los atacantes pueden moverse libremente dentro de la infraestructura de la empresa, recopilando datos o preparando un ataque a gran escala. La Threat Hunting permite reducir este tiempo.
Otra razón para la popularidad de la Threat Hunting es el aumento del volumen de datos y la complejidad de las infraestructuras. Las organizaciones utilizan servicios en la nube, lugares de trabajo remotos y dispositivos IoT, lo que crea nuevos puntos de entrada para los atacantes. Las herramientas que funcionan con reglas y firmas no siempre pueden tener en cuenta todo el contexto de las amenazas. La caza de amenazas resuelve este problema mediante un análisis más profundo.
Principios y etapas principales de la Threat Hunting
El proceso de Threat Hunting se basa en varias etapas clave:
- Formulación de la hipótesis. El analista formula una hipótesis sobre qué amenazas pueden existir y dónde buscarlas. Esto puede basarse en incidentes anteriores, análisis del comportamiento de los usuarios o información conocida sobre los métodos de ataque actuales.
- Recopilación de datos. Se recopila información de diversas fuentes: registros de eventos, tráfico de red, datos de los puntos finales (endpoint), métricas de rendimiento del sistema, etc. Aquí se utilizan herramientas como EDR (Endpoint Detection and Response), SIEM (Security Information and Event Management), NDR (Network Detection and Response).
- Análisis y verificación de la hipótesis. Los datos recopilados se analizan en busca de anomalías. Por ejemplo, pueden ser intentos inusuales de conexión a servidores, actividad sospechosa de cuentas o ejecución de comandos poco frecuentes en el sistema.
- Respuesta y eliminación de la amenaza. Si se detecta una amenaza, se toman medidas para neutralizarla. Esto puede incluir el bloqueo de direcciones IP, el aislamiento de dispositivos infectados o la eliminación de vulnerabilidades.
- Post-análisis y mejora. Después de eliminar la amenaza, se realiza un análisis del incidente para comprender cómo surgió y cómo mejorar las medidas de seguridad actuales para prevenir casos similares en el futuro.
Enfoques de la Threat Hunting
Existen tres enfoques principales para la caza de amenazas:
- Basado en hipótesis. Este método supone que el analista utiliza el conocimiento de los métodos de ataque para formular una hipótesis. Por ejemplo, puede suponer que el atacante utiliza cuentas privilegiadas para moverse dentro de la red.
- Basado en indicadores de compromiso (IOC). En este enfoque se utilizan indicadores de amenazas conocidos, como direcciones IP sospechosas, dominios, hashes de archivos o firmas de malware.
- Basado en el análisis del comportamiento (Behavioral Hunting). Aquí, el énfasis principal se pone en la búsqueda de desviaciones del comportamiento normal del sistema o de los usuarios. Por ejemplo, si un empleado que normalmente trabaja durante el día, de repente comienza a descargar grandes cantidades de datos por la noche, esto puede ser un signo de compromiso.
Herramientas de Threat Hunting
Para realizar con éxito la caza de amenazas, se utilizan herramientas especializadas. Entre las más populares se encuentran:
- EDR. Soluciones para el monitoreo y análisis de la actividad en los dispositivos finales, como CrowdStrike Falcon, Carbon Black y SentinelOne.
- SIEM. Plataformas para la recopilación y el análisis de datos de seguridad, como Splunk, IBM QRadar, Elastic Security.
- NDR. Herramientas para el análisis del tráfico de red, como Vectra o Darktrace.
- SOAR. Plataformas para la automatización de la respuesta a incidentes, como Cortex XSOAR o Splunk Phantom.
El papel de los especialistas en Threat Hunting
Las personas juegan un papel clave en el proceso de Threat Hunting. Incluso las herramientas más avanzadas requieren especialistas cualificados que puedan interpretar los datos, identificar anomalías y tomar decisiones. Un buen Threat Hunter debe poseer las siguientes habilidades:
- Conocimiento profundo de los protocolos de red y la arquitectura de los sistemas.
- Comprensión de los métodos de ataque y las técnicas para eludir los sistemas de protección.
- Capacidad para trabajar con grandes volúmenes de datos y encontrar patrones significativos en ellos.
- Habilidades de programación y trabajo con herramientas de análisis de datos.
Ventajas de la implementación de Threat Hunting
- Reducción del tiempo de detección de amenazas. El enfoque proactivo permite identificar los ataques en las primeras etapas.
- Reducción de las pérdidas financieras y de reputación. La respuesta rápida a los incidentes minimiza los daños.
- Mejora de la seguridad general. El análisis de datos ayuda a identificar los puntos débiles del sistema.
- Aumento del nivel de confianza por parte de los clientes y socios. Las empresas que utilizan activamente la Threat Hunting demuestran un alto nivel de responsabilidad en la protección de datos.
Conclusión
La Threat Hunting no es solo una palabra de moda en ciberseguridad, sino una necesidad en el contexto de las amenazas cada vez más complejas. Las organizaciones que buscan proteger sus datos y activos deben prestar atención a la implementación de enfoques proactivos, incluida la caza de amenazas. Esto requiere tiempo, recursos y especialistas cualificados, pero el resultado lo merece: reducción del riesgo de fugas de datos, protección contra ataques dirigidos y aumento de la resistencia general del sistema de ciberseguridad.