Los hackers son variados: blancos, negros, rojos. Los primeros son éticos, los segundos peligrosos, y los terceros cazan a los segundos. Pero eso no es todo.
Muchos rompían juguetes en su infancia para ver qué había dentro. Algunos amaban hacer bromas y gastarles trucos a sus amigos. Kevin Poulsen quería ganar un Porsche de 50 mil dólares y lo ganó, aunque no del todo honestamente. Antes de contar cómo, hay que señalar: a todas estas personas se les puede llamar hackers. Pero hay diferentes tipos de hackers: algunos se quedan con juguetes rotos, otros con una sentencia de prisión.
¿Quiénes son los Hackers?
La palabra “hacker” proviene del inglés “to hack” — desbastar, hacer una muesca. En el pasado, en EE.UU., se refería a leñadores, carpinteros y otros artesanos que podían construir una cabaña en un verano con solo un hacha y sin un solo clavo.
Más tarde, gracias a los hippies, se empezó a llamar hackers a aquellos que dominaban algo a nivel experto. Finalmente, con la llegada de la era de internet, se adoptó la definición centrada en TI.
Un hacker es un profesional capaz de “hackear” sistemas de protección electrónica, encontrar brechas y vulnerabilidades.
La razón por la que los hackers hacen esto es otra cuestión. De hecho, por eso existe una clasificación de hackers. Veamos más de cerca.
Hacker élite
El MIT jugó un papel clave en la difusión de la palabra. En la jerga local de los años 60, se llamaba hackers a aquellos que podían resolver un problema o a estudiantes que hacían bromas.
Con la aparición de las computadoras, la palabra “hacker” adquirió un tono de respeto. Se refería a ingenieros legendarios que escribían los primeros programas y trabajaban con computadoras con gran placer. En este sentido, “hacker” es similar a “geek” y “nerd”.
Los hackers se convirtieron en la élite del mundo informático y formaron su propia ética y cultura.
En ese mismo MIT surgió otro significado de la palabra “hacker”. Cuando se propuso a los estudiantes pagar por usar programas con fines educativos, consideraron que era injusto. Así aparecieron los primeros piratas informáticos. Para distinguir a los hackers nobles de los piratas, a estos últimos se les llamó crackers. Con el tiempo, surgieron más definiciones.
Phreaker
Los phreakers surgieron cuando las PC aún no estaban ampliamente difundidas, pero algunos técnicos ya querían hackear algo. Así que empezaron a hackear redes telefónicas. Algunos lo hacían por arte, otros para llamar gratis al otro lado del mundo.
Una historia emblemática es la de Joseph Engressia, pionero del phreaking. Nació ciego pero tenía oído absoluto. Descubrió que podía redirigir llamadas imitando un silbido de una cierta frecuencia. Con su oído, esto no era problema. Así, Joe se convirtió en un maestro del hackeo telefónico hasta que el FBI lo atrapó.
Hacker de Broma: Script Kiddie
El tipo más bajo de hacker. Un aficionado que se cree genial. En la internet hispanohablante, “lamers” (o niño script): es tan ignorante que ni siquiera puede pronunciar correctamente en inglés. Intenta hackear descargando herramientas y scripts sin entender cómo funcionan.
No hay figuras emblemáticas, solo una gran audiencia de foros, canales y revistas hacker.
Sombrero negro
Un verdadero cibercriminal. La élite del darknet. Violan leyes y estándares éticos. Programan perfectamente, entienden de computadoras y redes, escriben sus propios scripts y virus. Hackean sistemas por ganancia o simplemente para causar daño. Implantan troyanos, roban datos de tarjetas de crédito y contraseñas, luego venden esto en el mercado negro. A menudo destruyen información a la que tienen acceso.
Una historia emblemática es la de Kevin Mitnick, “el hacker más peligroso del mundo” en los años 80 y 90. Comenzó hackeando redes telefónicas y varias veces estuvo en prisión. Tras ser liberado, fundó una empresa de seguridad informática.
Kevin Poulsen, con quien empezamos, también es un famoso sombrero negro. Tomó control de 25 líneas telefónicas de una estación de radio y bloqueó el acceso a todos menos a él. Así ganó un Porsche 944.
Sombrero blanco
El D’Artagnan del ciberespacio, un hacker ético. Tiene todas las habilidades de los sombreros negros, pero las usa para el bien. Voluntariamente o por dinero, encuentran vulnerabilidades en sistemas informáticos y notifican a sus propietarios para que las reparen.
Una historia emblemática es la de Charlie Miller y Chris Valasek, que en 2014 hackearon un Jeep Cherokee, obteniendo control remoto sobre la velocidad y dirección del vehículo. Esto obligó al fabricante a retirar 1.4 millones de autos para actualizar su firmware.
Kevin Poulsen, el sombrero negro de la sección anterior, fue arrestado en 1991 y condenado a cinco años de prisión. Al salir, se convirtió en periodista especializado en seguridad y ayudó a identificar 744 usuarios de MySpace que intentaban seducir a menores.
Sombrero gris
Un hacker que puede violar leyes, pero sin mala intención. Hackea sistemas sin permiso, pero no utiliza vulnerabilidades de forma ilegal ni las comparte con otros. Suele ofrecer reparar el problema por una pequeña recompensa.
Una historia emblemática es la de Khalil Shreateh, un especialista desempleado en seguridad informática que en 2013 hackeó la página de Mark Zuckerberg en Facebook, mostrando una vulnerabilidad. Facebook corrigió el fallo, pero no le pagaron a Khalil porque violó las reglas del programa de sombrero blanco.
Hacktivista
Hackea sistemas para lograr cambios socio-políticos o llamar la atención sobre problemas mundiales serios. Puede hackear un sitio y publicar un manifiesto, cambiar el contenido de una transmisión de televisión, o robar y divulgar materiales secretos.
Una figura emblemática es Edward Snowden, quien en 2013 entregó información secreta a The Guardian y The Washington Post, mostrando que las agencias de inteligencia de EE.UU. estaban espiando las comunicaciones de ciudadanos de muchos países. Fue acusado de robar 1.7 millones de archivos secretos y de espionaje, y se encuentra viviendo en Rusia.
Sombreros de otros colores
A veces se mencionan los sombreros verdes — hackers novatos que, a diferencia de los script kiddies, estudian tecnologías y herramientas para convertirse en verdaderos hackers, blancos o negros. Cuando una empresa recurre a hackers para encontrar vulnerabilidades en su software, se les llama sombreros azules. Y cuando una organización contrata a un especialista para cazar hackers negros, es un sombrero rojo.
Higiene Digital: Cómo protegerse de los hackers
Si eres dueño de un sitio web, tienda online o una gran empresa, probablemente ya sepas cómo protegerte. Si no, consulta con especialistas. La protección contra ataques hackers implica un conjunto de medidas técnicas y organizativas.
Para el usuario común, basta con seguir estas recomendaciones:
- Activa la autenticación de dos factores donde sea posible.
- No abras correos ni mensajes sospechosos, no hagas clic en enlaces ni abras archivos adjuntos.
- No visites sitios sospechosos. Configura un modo de seguridad adecuado en tu navegador.
- Actualiza regularmente el software en tus dispositivos.
- Activa el bloqueo de pantalla en smartphones y tablets, pon contraseñas en todos tus dispositivos y cámbialas regularmente.
- No olvides una contraseña segura para tu router.
- Al usar Wi-Fi público, no introduzcas contraseñas, datos de tarjetas de crédito u otra información privada.
- Instala un antivirus.
- Mantente informado sobre noticias de seguridad para conocer nuevos métodos de fraude, virus, filtraciones de datos y problemas de software.
Conclusiones
Una respuesta universal a la pregunta de quién es un hacker podría ser esta: un hacker es una persona que quiere saberlo todo. Donde otros aprenden con manuales y videos, el hacker no solo leerá la especificación, sino que disfrutará haciéndolo.
Como en los inicios de la era informática, un hacker es ante todo un experto apasionado por su trabajo. Lo que une a todos estos tipos de hackers, excepto quizás a los script kiddies, es que entienden bien de hardware, software, redes, y también de negocios, personas y otras cosas importantes.
Ahí es donde comienzan las diferencias de color. Algunos pueden usar sus talentos para el bien de la sociedad, otros para el mal, pero no hay límites estrictos: se puede cambiar de un sombrero a otro. Muchos sombreros negros se reforman. En resumen, el hacker está, y el sombrero se encontrará.
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